No se puede negar que Europa sea una entidad enferma y que la Unión Europea como institución se encuentre en crisis. Pero ninguno de los remedios actualmente en discusión pudiera remediar esto. Lo que debía deprimir a los partidarios de la unidad europea tras el rechazo de su propuesta constitución por Francia y Holanda no es tanto el naufragio de este ridículo documento sino la respuesta que ha dado la dirección a la crisis, especialmente en Francia...