La cultura de la negación del otro es un problema de larga data. La relación histórica con el otro-distinto-de-sí-mismo ha sido de constante negación: nació con la Conquista, mutó durante la Colonia, y se prolongó de diversas formas con la República y con las distintas fases históricas que vivieron las sociedades latinoamericanas.
Esta negación tiene varias facetas: por un lado, las élites diferencian al otro de sí mismas y lo desvalorizan proyectándolo como inferior...