Con obcecada insistencia solemos los venezolanos visitar nuestro pasado para hallar en él causas de orgullo o humillación que puedan explicar la limitada y frustrante factura que, por costumbre perceptiva, parece brindamos nuestro trato diario con el presente. En esto, con todo y no ser originales, sí lo somos en alguna medida.
Una serie de lugares comunes en la historia de la retórica y en la historia del mundo occidental...