"Los
apóstoles de la anarquía y de la disociación llevaron la infausta misión hasta
imprimir en la dócil credulidad de nuestras masas la lisonjera cuanto extravagante
idea de que iban a poseer lo que jamás les había pertenecido ni podía
pertenecerles sino bajo la más absurda e injusta usurpación. La propiedad
adquirida por justos títulos, la abundancia que sólo nace con el trabajo y con
la probidad; todas estas ideas conservadoras y eminentemente sociales se han
pretendido desvanecer y aun arrancar de la cabeza de los proletarios,
reemplazándolas con el cebo de una universal usurpación de la propiedad.... Dolorosamente
así lo hemos experimentado con la muy extraña enseña de Oligarcas y Liberales
con que se ha querido dividir a los venezolanos, sin que pueda descubrirse la
propiedad y justicia de semejantes denominaciones; porque al fin llegó a
negarse hasta la capacidad de optar al honroso título de liberal a todo aquél
que no opinase y sostuviese la anhelada elevación a la Presidencia de la República
de persona determinada. Tan extrañas y temerarias han sido las calificaciones
que se ha llamado oligarcas a los que sacrificaron en las aras de la patria la
riqueza de sus antepasados, todas sus preeminencias sociales y hasta los
títulos y timbres de su antigua nobleza, para contribuir eficazmente al mejor
suceso de la libertad americana".
(José Antonio Páez: Manifiesto de
Maracay 1846. En: Pensamiento Conservador o.c. pág. 13