BTricks

BThemes

miércoles, 3 de abril de 2013

Hacia un futuro incierto / Danilo Arbilla/ Desde el Sur

El chavismo no parece temerle a un futuro económico incierto en Venezuela, Parece tenerle mucho más miedo a que venga otro gobierno y "comience el destape"

A partir del 2 de abril, ya se puede hacer campaña con vistas a las elecciones del domingo 14 en que los venezolanos elegirán un nuevo presidente. La "veda “para la publicidad finaliza en aquella fecha, lo que no ha impedido que Nicolás Maduro, heredero de Hugo Chávez y candidato del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), haya iniciado su campaña mucho antes, desde que asumió como "presi­dente encargado" e incluso desde cuando no se sabía ni se le veía al extinto líder bolivariano, utilizando la cadena nacional y transformando en tribuna electoral cuanto acto oficial preside, contando para ello, además, con el apoyo indisimulado y desembozado de todos sus ministros y altos funcionarios y hasta del Consejo Nacional Electoral (CNE) y del inmenso aparato propa­gandístico del estado. Esto, por otra parte, no es una novedad y es el mecanismo que rige las "elecciones democráticas" que se realizan en la Venezuela chavista. Tampoco es muy nuevo a nivel del continente: ya lo aplicaban Strossner en Paraguay, Trujillo en República Dominicana, los Somoza en Nicaragua, Fujimori en Perú, entre otros tantos. Los dictadores militares eran más brutos, quizás menos hipócritas o simplemente no querían incurrir en pérdidas de tiempo y dinero, y no cumplían con ese trámite que podía granjearles la bendición de la OEA y de observadores autorizados y amigos.

Para Maduro y su gente -que por ahora se puede decir que el resto de los chavistas son "su gente"-estas elecciones tienen la virtud de mantenerlos unidos frente al enemigo -así le llaman ellos, nada de adversarios- cosa que de otra forma hubiera sido muy difícil. Las luchas internas permanecen en standby. También será la forma de dar "legitimidad" al continuismo, reforzando con un acto electoral la que ya le han asignado graciosamente los países del ALBA, de la CELAC y de la UNASUR (todas cosas parecidas) y el Secretario General de la ÓEA (aunque esto a nadie le importe). Maduro y el PSUV se sienten favoritos y se sienten ganadores. Es probable que hasta ya lo tengan todo providenciado.

Otros millones de esperanzados venezolanos, en tanto, ven en las elecciones una instancia para el cambio. Para acabar con el régimen chavista. Pero no todos los que quieren esto creen que sea bueno que el 14 gane la oposición, con Henrique Capriles a la cabeza. Son muchos los que, con fun­damentos respetables, sostienen que para el bien definitivo de Venezuela debe ganar el chavismo. A partir de un planteo dialéctico -aquello de que lo peor es lo mejor- entienden que deben ser los chavistas los que al frente del gobierno asuman las consecuencias de una crisis que se agudizará cada vez más y de la explosión a corto plazo de un estado de cosas insostenible. Lo que hoy se vive -dicen- no se solucionaría con un gobierno de la Unidad Democrática que en el mejor de los casos asumirá con medio país en contra y con los chavistas manteniendo todos los resortes (lugares claves) del poder. El país sería ingobernable, afirman y añaden que lo que debe ocurrir es dejar que el chavismo, con sus mismos, santos y sus mentiras, se hunda, única forma de borrar totalmente y poder llevar adelante el cambio que Venezuela reclama, Es toda una tesis. 

Parecería de todas formas que el chavismo no vislumbre esa catástrofe de futuro y hace lo que sea para ganar el 14 y seguir, O no le tiene miedo a ese futuro, por lo menos incierto, o tiene mucho más miedo a que venga otro gobierno y "comience el destape".


INFORMACIÓN / EL NUEVO PAÍS / MIÉRCOLES 03 de Abril de 2013 - / 3

Comparte esta entrada

votar

laparaponeraclavata Copyright © 2011 | Template created by O Pregador | Powered by Blogger